Robots: la invasión

Confesiones de un adolescente…

Robot Overlords (originalmente titulada Our Robot Overlords) es una película británica independiente de ciencia ficción de 2014, protagonizada por Callan McAuliffe, Ben Kingsley y Gillian Anderson. La película está dirigida por Jon Wright y producida por Piers Tempest. El presupuesto estimado fue de 21 millones de dólares[1][2].
Poco después de la invasión y ocupación de la Tierra por una raza de poderosos robots que desean el conocimiento y el ingenio humanos, los humanos se ven confinados en sus casas. Salir sin permiso sería arriesgar sus vidas. Vigilados por los implantes electrónicos que llevan en el cuello, los robots centinelas son capaces de seguir los movimientos de los humanos para controlarlos. Si una persona intenta salir de su casa, los robots centinelas le advierten de que debe volver a ella. Si no lo hace en un plazo de diez segundos, se le mata.
Los niños conocen entonces a Monique, una mujer que quiere saber cómo apagar los implantes. A cambio, los niños conocen a Swanny, a quien un relojero le ha quitado el implante, y también les dice a los niños que vayan a Stonehenge. Sin embargo, un anuncio revela que la madre de Sean, Kate, ha sido tomada como prisionera en el cuartel general de la zona, un castillo. Con la ayuda de Monique, los niños consiguen llegar al castillo. Sin embargo, son atrapados por un gran robot. Sean descubre entonces que puede tomar el control de los robots gracias a su implante negro, tras descubrir que el gran robot responde a sus movimientos.

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Juego de invasión de robots

Puede que los robots trabajen entre bastidores construyendo nuestros coches y trabajando en los almacenes, pero estos trabajadores automatizados se están convirtiendo en una parte más importante de la vida cotidiana de los humanos, especialmente en el sector inmobiliario comercial. Se espera que la automatización y los robots se cobren 800 millones de puestos de trabajo para 2030, y algunos robots están incluso empezando a parecerse a los humanos. Hanson Robotics creó a Sophia, un robot con apariencia humana que puede hacer 62 expresiones faciales, y Sophia recibió la ciudadanía saudí en 2017.
A finales de febrero se vio a un robot sirviendo bebidas de café especiales, como café expreso y brebajes fríos infundidos con nitrógeno, a los clientes del Café X de San Francisco en One Bush Plaza. Este no es el primer caso de robots que sirven a los humanos en establecimientos de comida, y ha habido varios incidentes de robots que sirven helados.
Hasta ahora, estos robots parecen ser pacíficos y estar dispuestos a trabajar con los humanos. Aunque el robot se encargará sistemáticamente de los pedidos de bebidas, habrá especialistas en el producto que se encargarán de la atención al cliente y la educación sobre el café.

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Robot Overlords (originalmente titulada Our Robot Overlords) es una película británica independiente de ciencia ficción de 2014, protagonizada por Callan McAuliffe, Ben Kingsley y Gillian Anderson. La película está dirigida por Jon Wright y producida por Piers Tempest. El presupuesto estimado fue de 21 millones de dólares[1][2].
Poco después de la invasión y ocupación de la Tierra por una raza de poderosos robots que desean el conocimiento y el ingenio humanos, los humanos se ven confinados en sus casas. Salir sin permiso sería arriesgar sus vidas. Vigilados por los implantes electrónicos que llevan en el cuello, los robots centinelas son capaces de seguir los movimientos de los humanos para controlarlos. Si una persona intenta salir de su casa, los robots centinelas le advierten de que debe volver a ella. Si no lo hace en un plazo de diez segundos, se le mata.
Los niños conocen entonces a Monique, una mujer que quiere saber cómo apagar los implantes. A cambio, los niños conocen a Swanny, a quien un relojero le ha quitado el implante, y también les dice a los niños que vayan a Stonehenge. Sin embargo, un anuncio revela que la madre de Sean, Kate, ha sido tomada como prisionera en el cuartel general de la zona, un castillo. Con la ayuda de Monique, los niños consiguen llegar al castillo. Sin embargo, son atrapados por un gran robot. Sean descubre entonces que puede tomar el control de los robots gracias a su implante negro, tras descubrir que el gran robot responde a sus movimientos.

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Kevin & perry go large

Robot Overlords (originalmente titulada Our Robot Overlords) es una película británica independiente de ciencia ficción de 2014, protagonizada por Callan McAuliffe, Ben Kingsley y Gillian Anderson. La película está dirigida por Jon Wright y producida por Piers Tempest. El presupuesto estimado fue de 21 millones de dólares[1][2].
Poco después de la invasión y ocupación de la Tierra por una raza de poderosos robots que desean el conocimiento y el ingenio humanos, los humanos se ven confinados en sus casas. Salir sin permiso sería arriesgar sus vidas. Vigilados por los implantes electrónicos que llevan en el cuello, los robots centinelas son capaces de seguir los movimientos de los humanos para controlarlos. Si una persona intenta salir de su casa, los robots centinelas le advierten de que debe volver a ella. Si no lo hace en un plazo de diez segundos, se le mata.
Los niños conocen entonces a Monique, una mujer que quiere saber cómo apagar los implantes. A cambio, los niños conocen a Swanny, a quien un relojero le ha quitado el implante, y también les dice a los niños que vayan a Stonehenge. Sin embargo, un anuncio revela que la madre de Sean, Kate, ha sido tomada como prisionera en el cuartel general de la zona, un castillo. Con la ayuda de Monique, los niños consiguen llegar al castillo. Sin embargo, son atrapados por un gran robot. Sean descubre entonces que puede tomar el control de los robots gracias a su implante negro, tras descubrir que el gran robot responde a sus movimientos.