Para que sirve una resonancia

¿qué muestra una resonancia magnética del cerebro?

La resonancia magnética es como una «radiografía» del agua (aunque no haya rayos X). Las radiografías normales muestran el calcio, por lo que sirven para ver los huesos. Las resonancias magnéticas muestran el agua, lo que las hace muy útiles porque todos los tejidos del cuerpo contienen diversas cantidades de agua. Esto permite obtener imágenes de alta resolución de muchos órganos y tejidos que son invisibles a los rayos X normales. Cómo funciona una resonancia magnética
Los tejidos blandos contienen moléculas de agua y el campo magnético actúa sobre las sustancias microscópicas (llamadas protones) que se encuentran en el agua. Los protones magnetizados de los tejidos blandos emiten un eco en respuesta a las ondas de radio de la resonancia magnética. A continuación, un ordenador organiza estos ecos en imágenes.
Es posible que le pidan que espere mientras el radiógrafo comprueba la calidad de las imágenes. En algunos casos, se le puede pedir que vuelva a entrar en el escáner de RMN para que se puedan tomar más imágenes. Si las imágenes son satisfactorias, puede vestirse e irse a casa.
No se conocen efectos secundarios a largo plazo por someterse a una RMN. La resonancia magnética no utiliza radiaciones ionizantes para obtener las imágenes. La resonancia magnética es un procedimiento no invasivo, indoloro y seguro que no requiere ningún «tiempo de recuperación». Debe dejarse guiar por su médico pero, por lo general, no hay instrucciones especiales para los cuidados posteriores.

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Cómo funciona la rmn

La resonancia magnética (RM) es una tecnología de imagen no invasiva que produce imágenes anatómicas detalladas en tres dimensiones. Suele utilizarse para la detección de enfermedades, el diagnóstico y el seguimiento del tratamiento. Se basa en una sofisticada tecnología que excita y detecta el cambio de dirección del eje de rotación de los protones que se encuentran en el agua que compone los tejidos vivos.
Las IRM de una rodilla emplean potentes imanes que producen un fuerte campo magnético que obliga a los protones del cuerpo a alinearse con ese campo. Cuando se hace pasar una corriente de radiofrecuencia por el paciente, los protones se estimulan y se desequilibran, haciendo fuerza contra la atracción del campo magnético. Cuando se apaga el campo de radiofrecuencia, los sensores de la IRM son capaces de detectar la energía liberada cuando los protones se vuelven a alinear con el campo magnético. El tiempo que tardan los protones en alinearse con el campo magnético, así como la cantidad de energía liberada, cambian según el entorno y la naturaleza química de las moléculas. Los médicos son capaces de distinguir entre varios tipos de tejidos basándose en estas propiedades magnéticas.

Qué es una resonancia magnética

La resonancia magnética (RM) utiliza un gran imán y ondas de radio para observar los órganos y estructuras del interior del cuerpo. Los profesionales de la salud utilizan las resonancias magnéticas para diagnosticar diversas afecciones, desde roturas de ligamentos hasta tumores. Las resonancias magnéticas son muy útiles para examinar el cerebro y la médula espinal.
Durante la exploración, usted se acuesta en una mesa que se desliza dentro de una máquina con forma de túnel. La exploración puede durar mucho tiempo y hay que permanecer inmóvil. La exploración es indolora. La máquina de IRM hace mucho ruido. El técnico puede ofrecerle tapones para los oídos.

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Qué no hacer antes de una resonancia magnética

La resonancia magnética es una prueba diagnóstica no invasiva que toma imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo. A diferencia de las radiografías o el TAC, las imágenes se crean utilizando un campo magnético, ondas de radio y un ordenador. Permite al médico ver la columna vertebral o el cerebro en rebanadas, como si se cortara capa por capa y se tomara una imagen de cada rebanada. Esta prueba puede ayudar a diagnosticar tumores, accidentes cerebrovasculares y hernias discales.
La resonancia magnética funciona utilizando un potente imán, ondas de radio y un ordenador para crear imágenes detalladas. Su cuerpo está formado por millones de átomos de hidrógeno (el cuerpo humano está compuesto por un 80% de agua), que son magnéticos. Cuando su cuerpo se coloca en el campo magnético, estos átomos se alinean con el campo, de forma parecida a como una brújula apunta al Polo Norte. Una onda de radio «derriba» los átomos y altera su polaridad. El sensor detecta el tiempo que tardan los átomos en volver a su alineación original. En esencia, la IRM mide el contenido de agua (o las características de los fluidos) de los distintos tejidos, que se procesa en el ordenador para crear una imagen en blanco y negro. La imagen es muy detallada y puede mostrar hasta la más pequeña anomalía.