Concordato con la santa sede 1979

concordato con la iglesia católica alemana

Aunque durante un tiempo, tras el Concilio Vaticano II, que finalizó en 1965, se abandonó el término «concordato», volvió a aparecer con el Concordato polaco de 1993 y el portugués de 2004. Un modelo diferente de relaciones entre el Vaticano y varios Estados sigue evolucionando (véase, por ejemplo, Petkoff 2007) a raíz de la Declaración sobre la Libertad Religiosa del Concilio Vaticano II, Dignitatis Humanae.
En general, los concordatos han sido criticados por tres motivos: por la forma supuestamente antidemocrática en que se producen algunos concordatos, por las cargas financieras que pueden imponer y por la supuesta incompatibilidad de algunas cláusulas de los concordatos con las normas de derechos humanos.
Albania – Argelia – Argentina – Canadá – República Popular China – República de China (Taiwán) – Unión Europea – Francia – Grecia – India – Indonesia – Irán – Irak – Irlanda – Israel – Italia – Jordania – Líbano – Macedonia – Malasia – Malta – México – Nepal – Nueva Zelanda – Pakistán – Palestina – Polonia – Perú – Rumanía – Rusia – Ruanda – Arabia Saudí – España – Sudán – Turquía – Ucrania – Emiratos Árabes Unidos – Estados Unidos – Venezuela – Vietnam

resumen del concordato 1933

Inmediatamente después de celebrado el matrimonio canónico, el Sacerdote ante el que se celebró entregará a los cónyuges la certificación eclesiástica con los datos necesarios para su inscripción en el Registro Civil. Y, en todo caso, el Párroco en cuyo territorio parroquial se haya celebrado el matrimonio, en el plazo de cinco días, remitirá al encargado del Registro Civil correspondiente el Acta del matrimonio canónico para su oportuna inscripción, en el caso de que no se haya realizado ya a petición de los interesados. Corresponde al Estado regular la protección de los derechos que, mientras no se inscriba el matrimonio, adquieran de buena fe los terceros.
Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Educación y Asuntos Culturales En el preámbulo del Acuerdo, tras referirse a la «importancia fundamental» que ambas partes conceden a «las cuestiones relacionadas con la educación», se afirma que «el Estado reconoce el derecho fundamental a la educación religiosa» mientras que «la Iglesia debe coordinar su misión educativa con los principios de libertad civil en materia religiosa y con los derechos de las familias y de todos los alumnos y profesores, evitando cualquier discriminación o situación de privilegio», un compromiso que se extiende a los «llamados medios de comunicación social» con sujeción a «los mismos principios de libertad religiosa y de igualdad sin privilegios que profesan la Iglesia y el Estado en materia de educación». » Por último, se hace referencia en el preámbulo al «patrimonio histórico, artístico y documental de la Iglesia [que] sigue siendo una parte muy importante del acervo cultural de la Nación; por ello, poner dicho Patrimonio al servicio y disfrute de toda la sociedad, su conservación y su acrecentamiento, justifican la colaboración de la Iglesia y el Estado». El artículo I establece lo siguiente:

estado de la secretaría

Resumen/abstractos: El artículo presenta las relaciones de la Santa Sede, tanto como autoridad suprema de la Iglesia Católica Romana como sujeto del derecho de las relaciones internacionales públicas, con las autoridades de los estados comunistas europeos. La primera parte muestra la posición de la Santa Sede hacia el régimen comunista de la Unión Soviética en el periodo que va desde la Revolución de Octubre hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. La Santa Sede inició actividades caritativas en beneficio de la población rusa hambrienta y negociaciones con los representantes de la Unión Soviética. En la primera fase, las autoridades comunistas ofrecieron a la Santa Sede la finalización de un acuerdo internacional y la normalización de las relaciones diplomáticas, pero no estaban dispuestas a dejar de combatir la religión y perseguir a la Iglesia. En la segunda fase, se interrumpieron los contactos entre la Santa Sede y las autoridades comunistas. Fue entonces cuando el Papa Pío XI llegó con una evaluación crítica de los supuestos ideológicos y los métodos del gobierno comunista (la encíclica «Divini Redemptoris»).

wikipedia

ReichskonkordatConcordato entre la Santa Sede y el Reich alemánLa firma del Reichskonkordat el 20 de julio de 1933 en Roma. (De izquierda a derecha: El prelado alemán Ludwig Kaas, el vicecanciller alemán Franz von Papen, el secretario de asuntos eclesiásticos extraordinarios Giuseppe Pizzardo, el cardenal secretario de Estado Eugenio Pacelli, Alfredo Ottaviani y el miembro del Reichsministerium des Inneren [Ministerio del Interior] Rudolf Buttmann)Firmado20 de julio de 1933 (1933-07-20)En vigor10 de septiembre de 1933 (1933-09-10)Firmantes
El Reichskonkordat («Concordato entre la Santa Sede y el Reich alemán»[1]) es un tratado negociado entre el Vaticano y la naciente Alemania nazi. Fue firmado el 20 de julio de 1933 por el cardenal secretario de Estado Eugenio Pacelli, que más tarde se convertiría en el Papa Pío XII, en nombre del Papa Pío XI, y el vicecanciller Franz von Papen en nombre del presidente Paul von Hindenburg y del gobierno alemán. Fue ratificado el 10 de septiembre de 1933 y está en vigor desde esa fecha. El tratado garantiza los derechos de la Iglesia católica en Alemania. Cuando los obispos toman posesión de su cargo, el artículo 16 establece que deben prestar un juramento de lealtad al gobernador o al presidente del Reich alemán establecido según la constitución. El tratado también exige a todo el clero que se abstenga de trabajar en y para los partidos políticos. Los incumplimientos nazis del acuerdo empezaron casi al mismo tiempo que se firmaba y se intensificaron después, lo que provocó la protesta de la Iglesia, incluso en la encíclica Mit brennender Sorge del Papa Pío XI de 1937. Los nazis planeaban eliminar la influencia de la Iglesia restringiendo sus organizaciones a actividades puramente religiosas[2].

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