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Sintomas de mal riego cerebral
síntomas de los vasos sanguíneos en el cerebro
Afección médicaIsquemia cerebralOtros nombresIsquemia cerebral, Isquemia cerebrovascularCorte de escáner del cerebro que muestra un infarto cerebral en el hemisferio derecho (lado izquierdo de la imagen).EspecialidadCirujano vascular
La isquemia cerebral es una afección en la que el flujo sanguíneo que llega al cerebro es insuficiente para satisfacer la demanda metabólica[1], lo que provoca un suministro deficiente de oxígeno o hipoxia cerebral y, por tanto, la muerte del tejido cerebral o infarto cerebral/ictus isquémico[2]. Es un subtipo de ictus junto con la hemorragia subaracnoidea y la hemorragia intracerebral[3].
Los principales síntomas de la isquemia cerebral son las alteraciones de la visión, el movimiento corporal y el habla. Las causas de la isquemia cerebral varían desde la anemia falciforme hasta los defectos cardíacos congénitos. Los síntomas de la isquemia cerebral pueden incluir inconsciencia, ceguera, problemas de coordinación y debilidad en el cuerpo. Otros efectos que pueden derivarse de la isquemia cerebral son el ictus, la parada cardiorrespiratoria y el daño cerebral irreversible.
Una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro durante más de 10 segundos provoca la inconsciencia, y una interrupción del flujo durante más de unos minutos suele provocar daños cerebrales irreversibles.[5] En 1974, Hossmann y Zimmermann demostraron que la isquemia inducida en los cerebros de los mamíferos durante hasta una hora puede recuperarse al menos parcialmente.[6] Por ello, este descubrimiento planteó la posibilidad de intervenir tras la isquemia cerebral antes de que el daño sea irreversible.[7]
síntomas de una mala circulación sanguínea en el cerebro
Afección médicaIsquemia cerebralOtros nombresIsquemia cerebral, Isquemia cerebrovascularCorte de escáner del cerebro que muestra un infarto cerebral en el hemisferio derecho (lado izquierdo de la imagen).EspecialidadCirujano vascular
La isquemia cerebral es una situación en la que el flujo sanguíneo que llega al cerebro es insuficiente para satisfacer la demanda metabólica[1], lo que provoca un suministro deficiente de oxígeno o hipoxia cerebral y, por tanto, la muerte del tejido cerebral o infarto cerebral/ictus isquémico[2]. Es un subtipo de ictus junto con la hemorragia subaracnoidea y la hemorragia intracerebral[3].
Los principales síntomas de la isquemia cerebral son las alteraciones de la visión, el movimiento corporal y el habla. Las causas de la isquemia cerebral varían desde la anemia falciforme hasta los defectos cardíacos congénitos. Los síntomas de la isquemia cerebral pueden incluir inconsciencia, ceguera, problemas de coordinación y debilidad en el cuerpo. Otros efectos que pueden derivarse de la isquemia cerebral son el ictus, la parada cardiorrespiratoria y el daño cerebral irreversible.
Una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro durante más de 10 segundos provoca la inconsciencia, y una interrupción del flujo durante más de unos minutos suele provocar daños cerebrales irreversibles.[5] En 1974, Hossmann y Zimmermann demostraron que la isquemia inducida en los cerebros de los mamíferos durante hasta una hora puede recuperarse al menos parcialmente.[6] Por ello, este descubrimiento planteó la posibilidad de intervenir tras la isquemia cerebral antes de que el daño sea irreversible.[7]
insuficiencia cerebrovascular
A pesar de que se piensa que es un problema al que se enfrentan principalmente las personas mayores, la mala circulación sanguínea no se limita a los ancianos. Algunas de las causas más comunes de la mala circulación sanguínea de las piernas son:
La mala circulación de la sangre en las piernas y los pies no sólo es incómoda, sino que puede causar problemas que ponen en peligro la vida si no se controla. Busque siempre asistencia médica si sufre alguno de los síntomas, especialmente si se le ha diagnosticado una de las causas conocidas de mala circulación sanguínea.
Si usted o un ser querido sufren de mala circulación, uno de los primeros síntomas que puede notar es el frío en las piernas y los pies. Por muy desagradables que sean las extremidades frías, la mala circulación puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente más grave.
Aunque algunos factores como la edad y las condiciones meteorológicas pueden afectar a la circulación sanguínea, le recomendamos que hable con un médico especialista en enfermedades vasculares si nota alguno de estos síntomas, ya que los problemas circulatorios no tratados pueden provocar dolencias potencialmente mortales.
¿qué ocurre cuando se bloquea una arteria del cerebro?
Afección médicaIsquemia cerebralOtros nombresIsquemia cerebral, Isquemia cerebrovascularCorte de escáner del cerebro que muestra un infarto cerebral en el hemisferio derecho (lado izquierdo de la imagen).EspecialidadCirujano vascular
La isquemia cerebral es una situación en la que el flujo sanguíneo que llega al cerebro es insuficiente para satisfacer la demanda metabólica[1], lo que provoca un suministro deficiente de oxígeno o hipoxia cerebral y, por tanto, la muerte del tejido cerebral o infarto cerebral/ictus isquémico[2]. Es un subtipo de ictus junto con la hemorragia subaracnoidea y la hemorragia intracerebral[3].
Los principales síntomas de la isquemia cerebral son las alteraciones de la visión, el movimiento corporal y el habla. Las causas de la isquemia cerebral varían desde la anemia falciforme hasta los defectos cardíacos congénitos. Los síntomas de la isquemia cerebral pueden incluir inconsciencia, ceguera, problemas de coordinación y debilidad en el cuerpo. Otros efectos que pueden derivarse de la isquemia cerebral son el ictus, la parada cardiorrespiratoria y el daño cerebral irreversible.
Una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro durante más de 10 segundos provoca la inconsciencia, y una interrupción del flujo durante más de unos minutos suele provocar daños cerebrales irreversibles.[5] En 1974, Hossmann y Zimmermann demostraron que la isquemia inducida en los cerebros de los mamíferos durante hasta una hora puede recuperarse al menos parcialmente.[6] Por ello, este descubrimiento planteó la posibilidad de intervenir tras la isquemia cerebral antes de que el daño sea irreversible.[7]