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Comportamientos de niños autistas
Síntomas del autismo
El trastorno del espectro autista (TEA) hace referencia a un grupo de trastornos complejos del neurodesarrollo que se caracterizan por patrones de comportamiento repetitivos y característicos y por dificultades en la comunicación e interacción social. Los síntomas están presentes desde la primera infancia y afectan al funcionamiento diario.
El término «espectro» hace referencia a la amplia gama de síntomas, habilidades y niveles de discapacidad en el funcionamiento que pueden presentar las personas con TEA. Algunos niños y adultos con TEA son totalmente capaces de realizar todas las actividades de la vida diaria, mientras que otros necesitan un apoyo considerable para realizar actividades básicas. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, publicado en 2013) incluye el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y los trastornos generalizados del desarrollo no especificados (PDD-NOS) como parte del TEA y no como trastornos separados. El diagnóstico de TEA incluye una evaluación de la discapacidad intelectual y el deterioro del lenguaje.
Los TEA se dan en todos los grupos raciales y étnicos, y en todos los niveles socioeconómicos. Sin embargo, los niños son mucho más propensos a desarrollar TEA que las niñas. El último análisis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estima que 1 de cada 68 niños tiene TEA.
Señales de que su hijo no es autista
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) muestran diferencias en su desarrollo cuando son bebés, especialmente en sus habilidades sociales y lingüísticas. Como suelen sentarse, gatear y caminar a tiempo, las diferencias menos evidentes en el desarrollo de los gestos corporales, el juego de simulación y el lenguaje social suelen pasar desapercibidas.Además de los retrasos en el habla/lenguaje y las diferencias de comportamiento, las familias pueden notar diferencias en la forma en que su hijo interactúa con sus compañeros y con los demás. Reconocer los signos del autismoAquí hay algunos ejemplos de diferencias sociales, de comunicación y de comportamiento en los niños con autismo.
Diferencias sociales en los niños con autismoDiferencias de comunicación en los niños con autismoDiferencias de comportamiento (conductas repetitivas y obsesivas) en los niños con autismoPadres: confíen en sus instintos
Recuerde que usted es quien mejor conoce a su hijo y que sus preocupaciones son importantes. Juntos, usted y su pediatra encontrarán la mejor manera de ayudar a su hijo. Si no está seguro de los consejos del médico, busque una segunda opinión.
Problemas de conducta en el autismo
Pero este ámbito abarca una amplia gama de rasgos que pueden aparecer en una variedad de combinaciones, y con diferente gravedad, entre las personas con autismo. Aquí describimos la cambiante comprensión de la importancia de los comportamientos repetitivos en el autismo, y el movimiento para su aceptación.
Los científicos clasifican las conductas repetitivas en dos grupos. Las denominadas conductas repetitivas de «bajo orden» son movimientos como agitar las manos, juguetear con objetos o balancear el cuerpo, y vocalizaciones como gruñir o repetir ciertas frases. Los comportamientos repetitivos de «orden superior» incluyen rasgos del autismo como las rutinas y los rituales, la insistencia en la uniformidad y los intereses intensos.
Los comportamientos motrices repetitivos también se observan en otras afecciones del cerebro en desarrollo. Por ejemplo, muchas niñas con síndrome de Rett se retuercen o agarran las manos constantemente. Los comportamientos repetitivos también son característicos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, el trastorno obsesivo-compulsivo y la esquizofrenia.
También forman parte del desarrollo típico. Los bebés y niños pequeños típicos pueden patear las piernas repetidamente, balancearse hacia adelante y hacia atrás mientras juegan o agitar las manos en señal de excitación. Estos movimientos se consideran cada vez más importantes para ayudar a los niños a entender cómo funciona su cuerpo y a desarrollar movimientos voluntarios coordinados.
Cómo afrontar el autismo en los adultos
Los comportamientos agresivos de los niños con trastornos del espectro autista (TEA) suelen causar muchas dificultades a las familias. Golpear, patear, morder, lanzar objetos y otros comportamientos comunes durante una rabieta o una crisis pueden aumentar enormemente el estrés de los padres.1 Para empeorar las cosas, puede comenzar un círculo vicioso en el que los problemas de comportamiento aumentan el estrés, y el aumento del estrés (junto con los nervios de punta y las peores respuestas de los padres al comportamiento) da lugar a problemas de comportamiento aún peores.2
Los comportamientos agresivos también pueden interferir con las intervenciones destinadas a ayudar a un niño y con su capacidad para tener éxito en la escuela. Pueden hacer que el niño sea excluido de las actividades comunitarias, como los programas extraescolares, el escultismo y los deportes. Además, el miedo a los incidentes agresivos puede mantener a las familias en casa, aumentando su sensación de aislamiento y disminuyendo su calidad de vida.
Sin embargo, se habían realizado pocos trabajos para estudiar la agresividad en los niños con TEA. Ahora, un nuevo estudio revela que la agresividad es muy común en los niños del espectro autista, pero no está asociada a los factores que suelen relacionarse con la agresividad en los niños típicos.