La poética del espacio

Citas de la poética del espacio

La poética del espacio (en francés: La Poétique de l’Espace) es un libro sobre arquitectura escrito en 1958 por el filósofo francés Gaston Bachelard. El libro se considera una obra importante sobre el arte. Los comentaristas han comparado los puntos de vista de Bachelard con los del filósofo Martin Heidegger.

Bachelard aplica el método de la fenomenología a la arquitectura, basando su análisis no en supuestos orígenes (como era la tendencia del pensamiento ilustrado sobre la arquitectura) sino en la experiencia vivida en los lugares arquitectónicos y sus contextos en la naturaleza. Se centra especialmente en la respuesta personal y emocional a los edificios, tanto en la vida como en las obras literarias, tanto en prosa como en poesía. Así, le lleva a considerar tipos espaciales como el ático, el sótano, los cajones y otros similares. Bachelard insta implícitamente a los arquitectos a basar su trabajo en las experiencias que engendrará en lugar de en razonamientos abstractos que pueden o no afectar a los espectadores y usuarios de la arquitectura.

A veces la casa del futuro está mejor construida, es más ligera y más grande que todas las casas del pasado, de modo que la imagen de la casa soñada se opone a la de la casa de la infancia…. Tal vez sea bueno que guardemos algunos sueños de una casa en la que viviremos más tarde, siempre más tarde, tanto más tarde, de hecho, que no tendremos tiempo de conseguirla. Porque una casa que fuera definitiva, que estuviera en relación simétrica con la casa en la que nacimos, nos llevaría a pensamientos -serios y tristes- y no a sueños. Es mejor vivir en un estado de impermanencia que en uno de finalidad -Gaston Bachelard, La poética del espacio[1].

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Capítulos de la poética del espacio

La poética del espacio (en francés: La Poétique de l’Espace) es un libro sobre arquitectura escrito en 1958 por el filósofo francés Gaston Bachelard. El libro se considera una obra importante sobre el arte. Los comentaristas han comparado los puntos de vista de Bachelard con los del filósofo Martin Heidegger.

Bachelard aplica el método de la fenomenología a la arquitectura, basando su análisis no en supuestos orígenes (como era la tendencia del pensamiento ilustrado sobre la arquitectura) sino en la experiencia vivida en los lugares arquitectónicos y sus contextos en la naturaleza. Se centra especialmente en la respuesta personal y emocional a los edificios, tanto en la vida como en las obras literarias, tanto en prosa como en poesía. Así, le lleva a considerar tipos espaciales como el ático, el sótano, los cajones y otros similares. Bachelard insta implícitamente a los arquitectos a basar su trabajo en las experiencias que engendrará, más que en razonamientos abstractos que pueden o no afectar a los espectadores y usuarios de la arquitectura.

A veces la casa del futuro está mejor construida, es más ligera y más grande que todas las casas del pasado, de modo que la imagen de la casa soñada se opone a la de la casa de la infancia…. Tal vez sea bueno que guardemos algunos sueños de una casa en la que viviremos más tarde, siempre más tarde, tanto más tarde, de hecho, que no tendremos tiempo de conseguirla. Porque una casa que fuera definitiva, que estuviera en relación simétrica con la casa en la que nacimos, nos llevaría a pensamientos -serios y tristes- y no a sueños. Es mejor vivir en un estado de impermanencia que en uno de finalidad -Gaston Bachelard, La poética del espacio[1].

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Análisis de la poética del espacio

La poética del espacio» de Gaston Bachelard («La Poétique de l’Espace», 1958) es una interrogación fenomenológica sobre el significado de los espacios que preocupan a la poesía, espacios íntimos como una casa, un cajón, una mesita de noche y espacios de amplia expansión como las vistas y los bosques. En el capítulo inicial de La poética del espacio, Gaston Bachelard hace especial hincapié en el espacio interior doméstico y en los elementos que lo componen: las distintas habitaciones y los diferentes tipos de muebles que hay en ellas. Bachelard intenta rastrear la recepción de la imagen poética en la conciencia subjetiva, una recepción que exige, así lo sostiene Bachelard, una gran apertura y un enfoque en la experiencia presente mientras se elimina el tiempo transitorio.

La casa es, para Bachelard, el objeto fenomenológico por excelencia, es decir, el lugar en el que la experiencia personal alcanza su epítome. Bachelrad ve la casa como una especie de universo inicial, afirmando que «todo espacio realmente habitado lleva la esencia de la noción de hogar» (La poética del espacio, p.5). Bachelard procede a examinar la casa como manifestación del alma a través de la imagen poética y las imágenes literarias que se encuentran en la poesía. Examina los lugares de la casa como lugares de intimidad y memoria que se manifiestan en la poesía.

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La poética del espacio (en francés: La Poétique de l’Espace) es un libro sobre arquitectura escrito en 1958 por el filósofo francés Gaston Bachelard. El libro se considera una obra importante sobre el arte. Los comentaristas han comparado los puntos de vista de Bachelard con los del filósofo Martin Heidegger.

Bachelard aplica el método de la fenomenología a la arquitectura, basando su análisis no en supuestos orígenes (como era la tendencia del pensamiento ilustrado sobre la arquitectura) sino en la experiencia vivida en los lugares arquitectónicos y sus contextos en la naturaleza. Se centra especialmente en la respuesta personal y emocional a los edificios, tanto en la vida como en las obras literarias, tanto en prosa como en poesía. Así, le lleva a considerar tipos espaciales como el ático, el sótano, los cajones y otros similares. Bachelard insta implícitamente a los arquitectos a basar su trabajo en las experiencias que engendrará en lugar de en razonamientos abstractos que pueden o no afectar a los espectadores y usuarios de la arquitectura.

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A veces la casa del futuro está mejor construida, es más ligera y más grande que todas las casas del pasado, de modo que la imagen de la casa soñada se opone a la de la casa de la infancia…. Tal vez sea bueno que guardemos algunos sueños de una casa en la que viviremos más tarde, siempre más tarde, tanto más tarde, de hecho, que no tendremos tiempo de conseguirla. Porque una casa que fuera definitiva, que estuviera en relación simétrica con la casa en la que nacimos, nos llevaría a pensamientos -serios y tristes- y no a sueños. Es mejor vivir en un estado de impermanencia que en uno de finalidad -Gaston Bachelard, La poética del espacio[1].