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Mi perro tiene diarrea
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Vómitos y diarrea en perrosLos vómitos y la diarrea son dos de las preocupaciones más comunes que hacen que el dueño de un perro busque consejo veterinario. Los perros parecen disfrutar comiendo todo tipo de cosas que no deberían, lo que puede provocar un malestar estomacal bastante grave.Algunos casos de vómitos y diarrea se resuelven fácilmente en casa, mientras que otros requieren tratamiento veterinario. Siga leyendo para saber más sobre los signos, las causas y el tratamiento de los vómitos y la diarrea en los perros.¿Está preocupado por su mascota? Reserve una videoconsulta con un veterinario experimentado en cuestión de minutos.
mi perro tiene diarrea, ¿qué puedo hacer?
La diarrea suele ser un problema que se pasa en pocos días, pero si se prolonga demasiado, puede producirse deshidratación y una enfermedad más grave. Póngase en contacto con su veterinario si su perro presenta los siguientes síntomas:
Es muy raro que un perro con diarrea necesite antibióticos. Hay algunas afecciones específicas (como la giardia) que requieren antibióticos, pero la mayoría de los perros no se benefician de ellos. Los antibióticos pueden incluso empeorar el problema al eliminar las bacterias normales del intestino. El veterinario puede sugerir tratamientos alternativos, como los probióticos.
Si tu perro tiene diarrea (sin sangre ni mucosidad), pero por lo demás está contento, se encuentra bien y se comporta con normalidad, puedes intentar tranquilizarlo en casa. Reserva una cita con tu veterinario si tu perro no mejora o si estás preocupado en algún momento.
Los alimentos ricos y grasos pueden empeorar la diarrea. Tu veterinario puede ofrecerte dietas blandas preparadas específicamente para perros con diarrea. También se puede utilizar arroz y pollo hervidos en casa (sin piel ni huesos).
Los perros que padecen diarrea pueden necesitar beber un poco más de lo habitual para reponer el agua extra que pierden con las cacas. Asegúrate de que tu perro tenga acceso al agua en todo momento y que beba durante todo el día. Habla con tu veterinario si tu perro deja de beber o bebe mucho más de lo habitual.
comentarios
La diarrea es una de las razones más comunes por las que los padres de mascotas buscan atención veterinaria para sus compañeros caninos. Aunque puede ser provocada por algo tan simple como un cambio en la comida o en las golosinas, la diarrea canina también puede ser señal de una enfermedad subyacente grave.
La diarrea canina es un signo de un problema de salud; no es una enfermedad en sí misma. El mecanismo más común por el que se produce la diarrea canina es cuando los nutrientes no absorbidos retienen agua o atraen agua a los intestinos. En estos casos, el volumen de líquido supera la capacidad del revestimiento intestinal para absorber agua y nutrientes. Los perros con este tipo de diarrea expulsan grandes cantidades de líquido o heces blandas.
Otro mecanismo común de la diarrea en los perros es el resultado del aumento de la permeabilidad del revestimiento intestinal. La inflamación asociada a una enfermedad o a sustancias irritantes puede provocar un aumento del movimiento de fluidos y electrolitos hacia los intestinos y una alteración de la absorción.
Los perros desarrollan diarrea por muchas razones diferentes. Las heces anormales pueden producirse en cualquier momento en que se altere o interrumpa el movimiento de agua o nutrientes a través del revestimiento de los intestinos. Por ejemplo, cuando su compañero canino come algo que no forma parte de su dieta normal, las bacterias normales presentes en los intestinos pueden verse alteradas, lo que puede provocar una diarrea aguda.
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No es un tema del que a nadie le guste hablar, pero si tiene un perro, lo más probable es que se haya encontrado limpiando un apestoso charco marrón (o, por decirlo de forma no muy amable, «corridas» caninas) más veces de las que le gustaría pensar.
Es posible que no pueda prevenir del todo la diarrea, pero saber lo máximo posible sobre ella podría ayudar a limitar el número de veces que su perro tiene uno de estos desagradables episodios y a reducir la duración cuando llegan las carreras.
La forma de la mandíbula humana y las enzimas salivales, por ejemplo, comenzarán a descomponer un bocado en la boca. Los perros, en cambio, tienen bocas y mandíbulas hechas para desgarrar, triturar y engullir la comida. Sus enzimas salivales están diseñadas principalmente para eliminar las bacterias, por lo que pueden tolerar alimentos que enviarían a sus compañeros humanos al hospital.
La comida baja rápidamente por el esófago canino y entra en el estómago en trozos, donde tiene lugar la mayor parte de la digestión. Los ácidos estomacales caninos son unas tres veces más fuertes que los de los humanos, por lo que pueden digerir alimentos prácticamente intactos. En circunstancias normales, el tiempo de tránsito desde la boca hasta el intestino delgado y grueso debería ser inferior a 10 horas, produciendo al final unas heces firmes y bien formadas.