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Dieta para bajar transaminasas
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Natalia Tzima.Información adicionalIntereses en competenciaLos autores declaran que no tienen intereses en competencia.Contribuciones de los autoresNT escribió el artículo, DP, CP, CC, diseñó el estudio y supervisó la recolección de datos, YS, EP, CS revisaron críticamente el artículo. Todos los autores leyeron y aprobaron el manuscrito final.Archivos originales presentados por los autores para las imágenesA continuación se muestran los enlaces a los archivos originales presentados por los autores para las imágenes.Archivo original de los autores para la figura 1Derechos y permisos
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Reimpresiones y permisosAcerca de este artículoCite este artículoTzima, N., Pitsavos, C., Panagiotakos, D.B. et al. Adherencia a la dieta mediterránea modera la asociación de las aminotransferasas con la prevalencia del síndrome metabólico; el estudio ATTICA.
cómo reducir las enzimas hepáticas antes de un análisis de sangre
Si tiene las enzimas hepáticas altas, es probable que tenga demasiada grasa en el hígado. La dieta para la enfermedad del hígado graso es como la dieta mediterránea, un plan de alimentación que incluye frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales, pescado graso y aceite de oliva. También limita la carne, el azúcar y los cereales refinados.
Cuando el hígado se lesiona, libera varias sustancias, dos de las cuales son enzimas llamadas aspartato transaminasa y alanina transaminasa, explica la Academia Americana de Médicos de Familia. Las causas más comunes de las enzimas hepáticas elevadas son la enfermedad hepática alcohólica y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Otras causas menos comunes son ciertos medicamentos, la hepatitis B, la hepatitis C y una enfermedad hereditaria llamada hemocromatosis.
Si las enzimas sólo están ligeramente elevadas, no suele haber síntomas de HGNA, dice la Academia Americana de Médicos de Familia. Sin embargo, los afectados a veces manifiestan debilidad, náuseas, fatiga, pérdida de apetito, dolor abdominal y pérdida de peso, señala Harvard Health Publishing.
La enfermedad no tiene tratamiento farmacológico, por lo que los médicos se centran en prevenir una mayor acumulación de grasa en el hígado abordando las causas subyacentes, que son la diabetes, los lípidos altos en sangre y la obesidad, afirma Harvard Health Publishing.
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Tabla 1 Características generales de los participantes en función de la mediana de la proporción de ALT a ASTTTabla de tamaño completoLas ingestas dietéticas de los participantes en función de la mediana de la proporción de ALT a AST se muestran en la Tabla 2. Los participantes con una proporción elevada de ALT a AST tenían una mayor ingesta de energía (2.442 frente a 2.219 kcal; P = 0,001) y densidad energética (101 frente a 93,7; P = 0,001), en comparación con los que tenían una proporción de ALT a AST inferior a la mediana. Los participantes que tenían una relación ALT/AST elevada tenían una ingesta dietética significativamente mayor de proteínas (95,6 frente a 82,3; P = 0,001), carbohidratos totales (358 frente a 332; P = 0,041), carbohidratos complejos (227 frente a 205; P = 0,036), grasas totales (83,3 frente a 72,8; P = 0,001), grasas monoinsaturadas (27. 82 frente a 24,36; P = 0,017), grasas trans (0,15 frente a 0,06; P = 0,004), colesterol (258 frente a 218; P = 0,001), fibra total (47,08 frente a 41,93; P = 0,014), así como el porcentaje de ingesta energética procedente de comidas rápidas (13,08 frente a 8,54; P = 0,001) y refrescos (6,81 frente a 5,14; P = 0,037). No hubo diferencias significativas en el porcentaje de ingesta de energía procedente de aperitivos dulces y salados entre los dos grupos.
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Muchas personas disfrutan de una copa de vez en cuando. Pero, ¿cómo afecta ese alcohol a tu cuerpo? El hígado es el lugar donde vive gran parte de tu metabolismo. Filtra las sustancias nocivas, como el alcohol y las toxinas, de la sangre. Pero sus funciones no acaban ahí. Procesa lo que comes y bebes para convertirlo en energía y nutrientes para tu cuerpo, produce bilis para ayudarte a digerir esos nutrientes, almacena el azúcar de la sangre en forma de glucógeno y realiza muchas otras funciones esenciales. Por lo tanto, un hígado sano es fundamental para su bienestar y rendimiento general. Pero, ¿cómo puede saber si su hígado está sano o si lo ha forzado demasiado? La mejor forma de controlar la salud de su hígado es mediante un análisis de sangre para detectar biomarcadores de daño hepático, como la ALT.
La ALT, que se encuentra principalmente en las células del hígado, es una enzima que interviene en la conversión de la glucosa almacenada en energía utilizable. Cuando las células hepáticas están dañadas, la ALT puede pasar al torrente sanguíneo. Normalmente, sólo hay una pequeña cantidad de ALT en la sangre; los niveles más altos de ALT suelen indicar una lesión o inflamación del hígado.