Cabeza pequeña en adultos

Cabeza pequeña en adultos

adultos con microcefalia

La microcefalia (del nuevo latín microcephalia, del griego antiguo μικρός mikrós «pequeño» y κεφαλή kephalé «cabeza»[2]) es una afección médica que implica una cabeza más corta de lo normal[3] La microcefalia puede estar presente al nacer o desarrollarse en los primeros años de vida. [Dado que el crecimiento del cerebro está relacionado con el crecimiento de la cabeza, las personas que padecen este trastorno suelen tener una discapacidad intelectual, una función motora deficiente, un habla deficiente, rasgos faciales anormales, convulsiones y enanismo[3].
El trastorno está causado por una alteración de los procesos genéticos que forman el cerebro en las primeras etapas del embarazo,[3] aunque la causa no se identifica en la mayoría de los casos[4] Muchos síndromes genéticos pueden dar lugar a microcefalia, incluyendo condiciones cromosómicas y de un solo gen, aunque casi siempre en combinación con otros síntomas. Existen mutaciones que dan lugar únicamente a microcefalia (microcefalia primaria), pero son menos frecuentes.[5] Las toxinas externas al embrión, como el alcohol durante el embarazo o las infecciones de transmisión vertical, también pueden dar lugar a microcefalia.[3] La microcefalia constituye una importante indicación neurológica o señal de alarma, pero no existe uniformidad en su definición. Suele definirse como un perímetro cefálico (PC) superior a dos desviaciones estándar por debajo de la media para la edad y el sexo[6][7] Algunos académicos abogan por definirla como un perímetro cefálico superior a tres desviaciones estándar por debajo de la media para la edad y el sexo[8].

microcefalia

La microcefalia (del nuevo latín microcephalia, del griego antiguo μικρός mikrós «pequeño» y κεφαλή kephalé «cabeza»[2]) es una condición médica que implica una cabeza más corta de lo normal[3] La microcefalia puede estar presente al nacer o desarrollarse en los primeros años de vida. [Dado que el crecimiento del cerebro está correlacionado con el crecimiento de la cabeza, las personas que padecen este trastorno suelen tener una discapacidad intelectual, una función motora deficiente, un habla deficiente, rasgos faciales anormales, convulsiones y enanismo[3].
El trastorno está causado por una alteración de los procesos genéticos que forman el cerebro en las primeras etapas del embarazo,[3] aunque la causa no se identifica en la mayoría de los casos[4] Muchos síndromes genéticos pueden dar lugar a microcefalia, incluyendo condiciones cromosómicas y de un solo gen, aunque casi siempre en combinación con otros síntomas. Existen mutaciones que dan lugar únicamente a microcefalia (microcefalia primaria), pero son menos frecuentes.[5] Las toxinas externas al embrión, como el alcohol durante el embarazo o las infecciones de transmisión vertical, también pueden dar lugar a microcefalia.[3] La microcefalia constituye una importante indicación neurológica o señal de alarma, pero no existe uniformidad en su definición. Suele definirse como un perímetro cefálico (PC) superior a dos desviaciones estándar por debajo de la media para la edad y el sexo[6][7] Algunos académicos abogan por definirla como un perímetro cefálico superior a tres desviaciones estándar por debajo de la media para la edad y el sexo[8].

qué se considera una cabeza pequeña

Resumen del artículo El objetivo de este análisis fue determinar la relación, si la hay, del tamaño de la cabeza con el rendimiento en una prueba de detección cognitiva entre adultos mayores no dementes que participaron en una encuesta basada en la comunidad. La muestra del estudio incluyó 825 sujetos (533 mujeres, 292 hombres), de 70 a 95 años de edad. Los análisis multivariantes, con ajuste por edad y educación, revelaron que el menor tamaño de la cabeza se asociaba con puntuaciones bajas en el Mini-Mental State Examination (MMSE) (es decir, por debajo del percentil 10) tanto en hombres como en mujeres. Por cada incremento de 1 centímetro en el tamaño de la cabeza, se produjo una reducción correspondiente del 20% en la probabilidad de obtener una puntuación baja en el MMSE.
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microcefalia o cabeza pequeña

Los trastornos cefálicos son afecciones congénitas que se derivan de un daño o un desarrollo anormal del sistema nervioso en ciernes. Cefálico es un término que significa «cabeza» o «extremo del cuerpo». Congénito significa que el trastorno está presente en el momento del nacimiento, y normalmente antes. Aunque hay muchos trastornos congénitos del desarrollo, esta hoja informativa describe brevemente sólo los trastornos cefálicos.
Los trastornos cefálicos no están necesariamente causados por un único factor, sino que pueden estar influidos por condiciones hereditarias o genéticas o por exposiciones ambientales durante el embarazo, como la medicación tomada por la madre, la infección materna o la exposición a la radiación. Algunos trastornos cefálicos se producen cuando las suturas craneales (las articulaciones fibrosas que conectan los huesos del cráneo) se unen prematuramente. La mayoría de los trastornos cefálicos están causados por una alteración que se produce muy pronto en el desarrollo del sistema nervioso del feto.
El sistema nervioso humano se desarrolla a partir de una pequeña placa especializada de células en la superficie del embrión. Al principio del desarrollo, esta placa de células forma el tubo neural, una estrecha vaina que se cierra entre la tercera y la cuarta semana de embarazo para formar el cerebro y la médula espinal del embrión. Cuatro procesos principales son responsables del desarrollo del sistema nervioso: la proliferación celular, proceso en el que las células nerviosas se dividen para formar nuevas generaciones de células; la migración celular, proceso en el que las células nerviosas se desplazan desde su lugar de origen hasta el lugar en el que permanecerán de por vida; la diferenciación celular, proceso durante el cual las células adquieren características individuales; y la muerte celular, proceso natural en el que las células mueren. La comprensión del desarrollo normal del sistema nervioso humano, una de las prioridades de investigación del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, puede conducir a una mejor comprensión de los trastornos cefálicos.

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