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Bebe que llora mucho
El bebé no deja de llorar si no se le coge en brazos
Todos los bebés lloran. Es su forma de comunicar sus necesidades. A veces es fácil averiguar lo que quieren, y otras veces no. Si tu bebé llora mucho y es difícil de calmar, puede ser estresante, y esto puede afectar a tu propia salud mental y emocional.
Por lo general, los bebés lloran desde que nacen. Es normal y forma parte de su desarrollo. Los recién nacidos y los bebés pequeños tienden a llorar más al final de la tarde o por la noche. El llanto suele alcanzar su punto máximo a las 6 u 8 semanas y disminuye a los 3 ó 4 meses de edad. A los 4 ó 5 meses, la mayoría de los bebés se tranquilizan, aunque algunos pueden seguir llorando durante más tiempo.
Puedes intentar abrazar y consolar a tu bebé, alimentarlo, cambiarle el pañal o envolverlo para que se sienta lo suficientemente seguro como para dormirse. Recuerda que no puedes «mimar» a un bebé con demasiados mimos. Lee más sobre cómo calmar a un bebé que llora aquí.
Todos los bebés son diferentes. Entre las 6 y las 8 semanas, los bebés suelen llorar un total de 2 a 3 horas en un periodo de 24 horas. Algunos bebés parecen llorar más que otros. El llanto puede durar 5 horas en un periodo de 24 horas, o más. Cuando un bebé llora mucho, a veces se le llama cólico.
El bebé llora todo el tiempo cuando está despierto
El llanto, por difícil que sea de oír, es una forma normal de que los bebés comuniquen hambre, malestar, angustia o necesidad de atención. La mayoría de los recién nacidos alcanzan un pico de llanto alrededor de las 6 semanas. Después, el llanto empieza a disminuir. A los 3 meses, suelen llorar sólo una hora al día. Esto es lo que se considera un patrón de llanto «normal».
Aunque se desconoce la causa de los cólicos, esta afección es temporal y no afectará al desarrollo de tu hijo. Si te preocupa la cantidad o la intensidad del llanto de tu bebé, habla con su médico.
Tener un bebé difícil de consolar puede aumentar el estrés de los padres y contribuir a la «melancolía infantil» y/o a la «depresión posparto». Entre el 50% y el 80% de las madres experimentan esta depresión en los primeros 10 días después del parto. Los síntomas pueden incluir llanto, fatiga, dificultad para dormir y sentimientos de pérdida. La melancolía suele mejorar al cabo de unos 10 días.
Aproximadamente entre el 8% y el 15% de las madres experimentan depresión posparto durante el primer año de maternidad, que es diferente de la melancolía. En el caso de la depresión, los síntomas duran más de dos semanas e incluyen sentirse deprimida y desesperanzada, aumentar el llanto, sentir poco placer o interés por las actividades que solía disfrutar, y pérdida de energía. Si experimentas estos sentimientos, es muy importante -para ti y para tu bebé- que busques ayuda de un profesional sanitario de confianza.
Bebé de 10 meses que llora sin motivo
Tu bebé depende totalmente de ti. Tú le proporcionas la comida, el calor y el confort que necesita. Cuando llora, es su forma de comunicar esas necesidades y de pedirte atención y cuidados (NHS 2016).
A veces es difícil saber qué necesidades quiere tu bebé que atiendas. Pero a medida que tu bebé crezca, aprenderá otras formas de comunicarse contigo. Por ejemplo, mejorará el contacto visual, los ruidos y las sonrisas.
Mientras tanto, aquí tienes algunas razones por las que tu bebé puede llorar, y lo que puedes intentar para calmarlo. Lloro porque tengo hambreEl hambre es una de las razones más comunes por las que tu bebé llora (NHS 2016), especialmente si es un recién nacido. Cuanto más pequeño sea tu bebé, más probable es que tenga hambre.
El estómago de tu bebé es pequeño y no puede contener mucho. Así que no tardará en necesitar otra toma. Si le das el pecho, ofrécele el tuyo, aunque la última toma no parezca tan lejana. A esto se le llama alimentación reactiva. Tu bebé te avisará cuando se haya saciado, dejándote el pecho a su debido tiempo y pareciendo satisfecho y tranquilo.
El bebé no deja de llorar por la noche
No se puede evitar: Los bebés lloran. Así comunican el hambre, el dolor, el miedo, la necesidad de dormir y mucho más. Entonces, ¿cómo puede saber exactamente lo que su bebé está tratando de decirle? Puede ser complicado interpretar los llantos de tu hijo, sobre todo al principio.
Probablemente sea lo primero en lo que pienses cuando tu bebé llora. Aprender a reconocer las señales de hambre te ayudará a empezar a alimentar a tu bebé antes de la etapa del llanto. Algunos de los signos de hambre a los que hay que estar atentos en los recién nacidos son: la inquietud, el chasquido de labios, el enraizamiento (un reflejo de los recién nacidos que hace que los bebés giren la cabeza hacia tu mano cuando les acaricias la mejilla) y llevarse las manos a la boca.
Los problemas de barriga asociados a los gases o a los cólicos pueden provocar mucho llanto. La misteriosa afección conocida como cólico suele describirse como un llanto inconsolable durante al menos tres horas al día, al menos tres días a la semana, al menos tres semanas seguidas.
Si tu bebé se queja y llora a menudo justo después de ser alimentado, es posible que tenga algún tipo de dolor de barriga. Muchos padres confían en las gotas antigás de venta libre para bebés o en el agua para la gripe (a base de hierbas y bicarbonato sódico), aunque no se ha demostrado que ninguna de las dos sea eficaz. Obtén el visto bueno de tu médico antes de utilizar cualquiera de estos productos.